Los Peones Negros: una lucha por la verdad y la dignidad.Agosto 13th, 2006
Si ha asistido a alguna concentración o manifestación en recuerdo o solidaridad con las víctimas del terrorismo, es muy posible que haya observado a algunos participantes repartiendo unas octavillas que muestran la silueta de un peón negro de ajedrez. Y seguramente se ha preguntado quiénes son. Pues se trata de los miembros de la Plataforma Peones Negros, formada por ciudadanos dedicados a la investigación del atentado del 11 de marzo de 2004 en Madrid y a la difusión de las contradicciones, incoherencias y falsedades que han encontrado en la versión oficial del atentado.
Todo comenzó el 11 de marzo de 2004 cuando, tras el brutal atentado, muchos tuvieron la impresión de que la versión que iban contando los medios de comunicación parecía responder a un guión deliberadamente escrito para tergiversar la explicación de unos dramáticos acontecimientos. Tiempo después, las sospechas fueron cristalizando y algunos valientes periodistas del diario El Mundo empezaron a publicar ciertas informaciones que contradecían la versión oficial. Al mismo tiempo, un ingeniero de telecomunicación, Luis del Pino, decidió dedicar su tiempo y esfuerzo al análisis de los documentos incluidos en el sumario judicial y, para divulgar sus importantes hallazgos, abrió un blog participativo en el diario de internet Libertad Digital. Al principio, pocas personas respondían pero, poco a poco, se fueron añadiendo más y más, comenzando entre todos una labor complementaria con la de Luis del Pino en la investigación de todos los aspectos relativos al atentado. Tras analizar concienzudamente los documentos, los resultados se tornaron espectaculares: casi todo lo que se afirmaba oficialmente sobre el atentado era incorrecto y existían fuertes indicios de que las principales pruebas presentadas en el caso habían sido falsificadas deliberadamente con el fin de incriminar a los imputados.
Estos hallazgos animaron a muchos más ciudadanos a sumarse a la iniciativa, formándose finalmente un grandísimo grupo que hoy se coordina a través del citado blog y de un fondodocumental, en el que se almacena tanto la información necesaria para la investigación como los principales resultados de ésta. El Blog ha superado ya el millón de visitas y el crecimiento de participantes es imparable. Estamos asistiendo al nacimiento de un movimiento libre de ciudadanos, sin otro interés y objetivo que la búsqueda de la verdad, que es la auténtica piedra angular de una sociedad justa, libre y madura.
Sus herramientas de trabajo están constituidas por los autos judiciales y el sumario, que se completan con el análisis de todo tipo de pruebas o indicios como fotografías, datos de prensa o cualquier otro documento que pueda arrojar luz sobre elementos concretos de aquellos sucesos. Los peones negros manejan todo tipo de bibliografía científica y utilizan la vasta base de datos que ofrece la Red para poder analizar los aspectos técnicos de los documentos judiciales. Su símbolo, un flamante peón negro sobre fondo blanco, representa a todos aquellos que buscan en esta partida el triunfo de la verdad, la dignidad de los ciudadanos y la memoria de las víctimas. El color negro simboliza a aquella masa crítica de ciudadanos que se moviliza desinteresadamente desde el anonimato en pos de estos ideales. Si, hasta ahora, los ciudadanos se encontraban indefensos ante el monopolio de la información por parte de los poderosos, hoy la Red ha eliminado esta indefensión y ha permitido la intercomunicación, la búsqueda de información y la organización ciudadana sin el riesgo de manipulación por parte de las fuerzas sociales hegemónicas. Éste es el primer movimiento ciudadano libre e independiente a través de internet pero no es más que el primer fruto de una situación nueva que proliferará y será habitual en el futuro.
Como ocurre en este tipo de movimientos nacidos en la Red, es imposible definir una orientación política unitaria en los peones negros. Les une un valor superior: el deseo de que la Justicia encuentre, juzgue y condene a los responsables de la matanza en la que murieron ciento noventa y dos personas, mil quinientas resultaron mutiladas o heridas y un número incalculable sufrió secuelas psicológicas. Fuera de este vínculo, los «Peones Negros» abarcan todas las tendencias, no existiendo ningún conflicto entre ellos a pesar de las diferencias. Ellos conviven en perfecta armonía y establecen, poco a poco, lazos personales. Constituyen una muestra y una visión de nuestra España: un cruce de caminos en el que se mezcló el norte y el sur, el este y el oeste, los cultos, creencias y organización de culturas que se asentaron en esta tierra e hicieron de ella un hogar. Y la sociedad española es respetuosa con las creencias e ideologías porque forman parte de su historia. Las únicas reglas que existen entre los Peones Negros se cifran en el respeto mutuo y el agradecimiento y recuerdo a las víctimas del terrorismo, a las que desean rendir un homenaje con su labor.
Los Peones Negros manifiestan siempre su aceptación del Estado de Derecho y su adhesión inquebrantable al régimen democrático y parlamentario. Expresan también su confianza en el funcionamiento de una justicia independiente reconociendo, eso sí, que en los últimos tiempos se ha puesto en peligro la independencia del poder judicial y su capacidad para investigar libremente. Por ello, los Peones Negros están decididos a convertirse en los ojos, los guías y los protectores de la justicia, de forma que esta acción colectiva compense las trabas que los jueces puedan sufrir diariamente en su labor. Existe entre ellos el convencimiento de que el Estado de Derecho se encontrará secuestrado en tanto no se sienten en el banquillo aquellos que han manipulado, destruido u ocultado pruebas y falseado datos esenciales. Los peones negros no cejarán en su empeño hasta llegar al final, caiga quien caiga.
Sin ningún apoyo ni protección de las autoridades, sólo con la fuerza del número y el deseo de esclarecer el crimen más brutal que se produjo en España en varios siglos, los Peones Negros continuarán avanzando infatigables, vestidos de luto por las víctimas, con la fuerza dada por la certeza de que les arropa el manto de la Justicia. Nada ni nadie les detendrá, hasta que no se identifique, juzgue y condene a los culpables del atentado de Madrid y la sociedad recupere finalmente su libertad y su dignidad.
